viernes, 30 de octubre de 2009

FAMILIA BANCO PASTOR

“Es un edificio más italiano, me parece a mí, más en la línea de los arquitectos italianos de aquella época, no sé cómo describirlo”



Este edificio es el resultado de un concurso privado realizado en una zona de conservación histórica entorno a 1975 y cuya duración estimada de obra gira en los dos años posteriores. Los arquitectos participantes en este proyecto fueron José Antonio Corrales, Ramón Vázquez Molezún, Rafael Olalquiaga y Gerardo Molezún. El hecho de que Ramón Vázquez Molezún tuviera relación con la Fundación Barrie y con el Banco, ayudo a que ganaran el concurso.

El edificio consta de siete plantas sobre la calle; dos están situadas bajo la cubierta, existiendo además cuatro sótanos. En planta baja hay una entrada al aparcamiento.

La principal característica de este edificio es la diferencia de tratamientos que sufren sus tres alzados: dos alzados exteriores a Paso de Recoletos 19 y el tercero a la calle de Prim, 21 y un alzado interior al patio de manzana público. Dando a entender que aunque pertenezcan al mismo edificio albergan diferentes usos y entornos y por ello no aparecen con tratamiento similar.
Los tres cerramientos correspondientes a distintas aperturas resultan muy elaborados y complejos y están realizados en aluminio anodizado y tonos gris y rosa, lunas parsol color rosa y piedra entonada en estos colores.
A continuación, se llevará a cabo una descripción más exhaustiva de cada uno de los alzados que anteriormente he citado:

1._ El alzado interior que rodea el patio con un lucernario de cristal contiene un paisaje propio mediante plantaciones verdes que cuelgan en su paramento interior.

2._ Respecto al correspondiente al Paseo de Recoletos, la fachada del edificio al patio se va abriendo poco a poco a la luz. Esto se consigue mediante un muro cortina donde se combinan el cristal y el aluminio rosa aunque incluso a veces tiene elementos de plata.

3._ El tercer tratamiento a comentar corresponde a la Calle Prim. Esta calle es menos transitada y por tanto, se refleja en una fachada más cerrada. Se sitúan los núcleos de comunicación y servicio: las escaleras y los ascensores. De este modo obtenemos una fachada en piedra con pequeños miradores tradicionales realizados en aluminio. Se distingue la zona de piedra cerrada de los ascensores y el porche situado en la esquina de entrada.
La fachada a la calle Prim, igual que otras edificaciones de la calle, dispone de un zócalo de piedra realizado con elementos existentes y técnicas de collage. En el patio interior la pared externa para aumentar la luz se compone de elementos de chapa lacados en blanco.

La cubierta ofrece una gran continuidad con el cerramiento, presentando un alero de lunas transparentes. La sección tiene la particularidad de que tiene una cubierta inclinada sobre unos pisos, con las instalaciones colocadas en el último de ellos. “Otra cosa muy bonita” [según Corrales] es que se refleja la continuidad de la cubierta; la cubierta no es toda de cristal, tiene zonas de aluminio. A modo de curiosidad, comentar que contaba con una barquilla de limpieza que corría de un lado a otro y los rótulos del banco, ocultaban la barquilla. Actualmente los han quitado y sustituido por otros más grandes.

En la planta baja se sitúa el patio de operaciones abierto al patio interior y provisto de una entreplanta. Las instalaciones se colocan bajo cubierta y los aparcamientos en las plantas de sótanos.
Interiormente, el ambiente general se consigue mediante el uso de madera de color caoba en mamparas y divisiones, poliuretano color caoba en cielos rasos y techos, piedra igual a la usada en exteriores en paredes y moqueta rosa clara en suelos.

El principal familiar de mi edificio, es Scarpa (1902-1978). Sus estudios en la Academia di Belle Arti en Venecia habían tenido lugar en una época de transición entre el neoclasicismo y la secesión. El desarrollo ejemplar de Otto Wagner (1841-1918), el decano de la arquitectura moderna vienesa, dirigió la atención de Scarpa hacia Josef Hoffman (1870-1956) y Charles Rennie Mackintosh (1868-1928), quienes en sus trabajos prestaban especial atención a los aspectos tectónicos, a lo artesanal y a los materiales. Scarpa mencionaba constantemente que en su época reinaba en la academia, a diferencia de las Facultades de arquitectura, una atmosfera de tipo artesanal que se asemejaba a una obra en construcción. A diferencia de otros arquitectos contemporáneos, como Ludwig Mies van der Rohe, Scarpa había llegado a la arquitectura moderna a través de la secesión, y no a través del neoclasicismo.

Scarpa es, para muchas personas, el más cercano a Wright por sus composiciones arquitectónicas. Ya que con su capacidad para combinar la tradición artesanal local, y gracias a las lecciones del estadounidense, le permitió crear espacios de una enorme intensidad poética, sin caer nunca en el manierismo frívolo.
Su carrera está constantemente influida por la búsqueda de la perfección en los detalles arquitectónicos que le permiten realizar verdaderas obras de filigrana arquitectónica.
La relación entre arquitectura era sumamente compleja, que a este respecto eran de suma importancia las relaciones con otros edificios que incluso tras las casas más apartadas se podía encontrar siempre una ciudad con historia propia. Su arquitectura se caracterizó por la precisión en el detalle y el esmero en la elección de los materiales.

La mayor de las contribuciones de su obra consiste en la incorporación de los valores de la historia de la arquitectura italiana en sus obras arquitectónicas contemporáneas, tal y como lo realizó en la tienda de exhibición de Olivetti en Milán.
“Si la arquitectura es buena, quien la escucha y la mira, siente sus beneficios sin darse cuenta”
Carlo Scarpa
Cuando se habla de Scarpa, es frecuente oír el termino fragmento, en relación con su poética basada en la acumulación de signos, la multiplicación de los puntos de vista y la resolución del contraste, viejo/nuevo, en términos de añadidura, yuxtaposición, confrontación, disonancia. El evidencia la multiplicidad de contactos entre elementos estructurales con una actitud casi de lectura estratigráfica en comparación con la arquitectura, con el fin de hacer ver las diferencias, separa las cosas de la realidad para poder verla desde una nueva perspectiva, innova introduciendo un cambio de punto de vista. La conclusión de un relato aparentemente fragmentario e inconcluso no está en la síntesis conciliadora de las cosas, sino en el juego de la espera, de la interrogación continua. Cautiva al visitante y lo transporta a través de sus fragmentos narrativos, invitándolo a tejer a su vez, nuevas tramas y conclusiones, con el ejercicio de la memoria construcción.

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